miércoles, 18 de febrero de 2009

Muere en Lisboa Conchita Cintrón, la Diosa Rubia (y eterna) del Toreo

ABC
MADRID. Conchita Cintrón, la Diosa Rubia (y eterna) del Toreo, Virreina del Redondel, Amazona de los Incas, el amor de la andanada de Gerardo Diego, murió el ayer martes dia 17, por la mañana en su domicilio de Lisboa, cerca de unos juveniles y elegantes noventa años de edad, a causa de un paro cardiaco. Conchita, que se sentía torero antes que rejoneadora, señora de los toros, convivió con las máximas figuras y matadores de distintas épocas, desde Juan Belmonte a Antonio Bienvenida, desde Pepe Luis a Álvaro Domecq, en unos años en los que a las mujeres no se les permitía echar pie a tierra en España. Pero ella encontraba siempre el resquicio de la ley en festivales, porque cuando verdaderamente se sentía era con muleta y capote en las manos. Nació en Chile, vivió en Perú, se apasionó y creció como artista en México, sintió España y murió en Portugal.

Su biografía dice que nació en Antofagasta (Chile) un 9 de agosto de 1922. Su padre, Francisco Cintrón, puertorriqueño de nacionalidad norteamericana, fue el primer extranjero en graduarse en West Point. Destinado en Panamá, conoció a Loyola Verril, con quien se casó. Avanzados los años veinte firmó un contrato comercial y fue trasladado a Lima. Allí Conchita conoció a su maestro Ruy da Cámara en la Escuela de Equitación, que se convirtió en cónclave taurino.

En enero de 1936, se organizó en la plaza de Acho un festival benéfico con becerros de media casta. La niña Conchita Cintrón llenó la plaza y cautivó con unos rejoncillos y sus 14 años. Su vida fue de película. El matador mexicano Chucho Solórzano, contratado en Lima, conversó con Ruy da Cámara para que se presentase en México. En la Plaza del Toreo debutó con bien: «Toreó por verónicas en forma inconcebible. Esbelta, con las manos bajas, parando a ley, templando y mandando, puso de pie a la multitud». Desde 1939 a 1943 sumó entre la capital y los estados 211 corridas, matando a estoque 401 toros. Alternó con lo más selecto de la torería mexicana: Armillita, Lorenzo Garza, El Soldado, Procuna, Silverio Pérez, Solórzano. Tres marcaron su carrera al ser testigo de su muerte en el ruedo; Juanito Gallo, Alberto Balderas y Carnicerito de México. Pisó también las plazas de Quito, Bogotá, Medellín, Caracas y Lisboa previamente vetada.

Desde siempre la ilusión de Conchita Cintrón fue culminar su carrera toreando a pie en España. Da Cámara nombró a Marcial Lalanda representante para intentar allanar baldíamente el Reglamento que prohibía a las mujeres torear a pie. Debutó a caballo en la Feria de Sevilla de 1945. El éxito, como siempre, le acompañó. El 13 de mayo de 1945 rejoneó y triunfó con un novillo de Garcigrande en Las Ventas. En total alcanzó las 38 tardes. Pero el permiso para hacerlo a pie no llegó. Tan sólo lo logró en festivales y en el campo. En 1950 concluyó su carrera; en 1991 amadrinó a caballo la Feria de Nimes y, de manera testimonial, la alternativa de María Sara.

Escribió artículos en prensa, dos libros -«Recuerdos» y «¿Por qué vuelven los toreros?»-, y pintaba en los últimos años. Debutó en Madrid en una exposición («Profundidad») con Peñuca de la Serna en 2006. Y el éxito volvió a cabalgar a su grupa.



Fallece en Lisboa la rejoneadora Conchita Cintrón, la "Diosa Rubia"

Concepción Cintrón Verrill, sin duda la mejor rejoneadora de la historia y conocida como "La Diosa Rubia" por el color de su pelo, nació en Antofagasta, Chile, el 9 de agosto de 1922.

De padre puertorriqueño y madre norteamericana de origen irlandés, era sin embargo considerada como peruana, ya que desde los dos meses de edad residía en Lima y, por su matrimonio, se nacionalizó portuguesa, país en el que hoy falleció a los 86 años.
Empezó a dar clases de equitación en la academia que dirigía, en Lima, el que más tarde fuera su apoderado, el rejoneador portugués Ruy de Cámara. Allí recibió sus primeras clases de toreo a pie impartidas por el torero vasco Diego Mazquiarán "Fortuna" y más tarde, de rejoneo.

Como rejoneadora actuó por primera vez en público en enero de 1936 en la plaza de Acho (Lima), aunque hay versiones que afirman que su debut tuvo lugar en la desaparecida plaza de Algés, en Lisboa en 1935.

Descubierta por el mexicano Jesús Solórzano, el 31 de julio de 1938 se presentó como novillera en Tarma (Perú) y un año después, el 20 de agosto de 1939, debutó en México en la plaza de "El Toreo".

Con anterioridad había actuado en diversos países latinoamericanos, entre ellos Venezuela y Colombia, y a finales de los años treinta, interpretó además, la película "Maravilla del toreo".

Consagrada como estrella del toreo a caballo -aunque el más conocido cronista taurino de la época, Gregorio Corrochano, afirmó que era incluso mejor cuando lo hacía a pie-, Conchita Cintrón llegó en 1945 a España, donde las mujeres tenían prohibido torear a pie.

Actuó con capote, muleta y estoque en festejos camperos, en un festival benéfico en la madrileña plaza de Vista Alegre y en dos corridas en Ceuta y Melilla, para las que consiguió el permiso de el general Varela.

Además, pie a tierra actuó en la Monumental de Las Ventas, aunque a puerta cerrada, y en Jaén con Antonio Ordóñez y Manolo Vázquez, lo que le costó ir detenida al palco presidencial.

Su presentación oficial en España tuvo lugar en Sevilla, el 23 de abril de 1945, en la Maestranza, de la mano de Marcial Lalanda, y desde el primer momento se destacó su elegancia y su conocimiento de la lidia y la doma.

El 13 de mayo debutó en Las Ventas, para presentarse poco más tarde, el día 31, en la Monumental de Barcelona.

Durante esa temporada participó en 38 corridas y en la de 1946 en 48, pero en 1947 sólo actuó una vez en España y en 19 festejos en Portugal, cifra que se redujo en las dos temporadas siguientes a sólo tres.
Entre sus compañeros de cartel tuvo a los toreros más importantes de la época, desde Juan Belmonte a Domingo Ortega, pasando por Chicuelo, Cagancho, Pepín Martín Vázquez o Antonio Bienvenida.

Se retiró en 1950, tras contraer matrimonio el 5 de noviembre de 1951 en Lisboa con Francisco do Castelo Branco, un aristócrata portugués, con quien tuvo cinco hijos.
Al finalizar su carrera, Cintrón había participado en más de 400 corridas en las principales plazas de España, Portugal, Perú, México, Ecuador, Colombia, Venezuela, Francia y norte de África.

Afincada en Portugal, Cintrón se convirtió en agregada civil en la Embajada de Perú en Lisboa y compatibilizó esta actividad con el periodismo.
En los años setenta fue corresponsal de varios periódicos, como el "Comercio"(Lima) y el "Excelsior" (México), en los que no sólo escribía de toros, sino de temas de actualidad.

En 1991, con 70 años, volvió a vestirse con el traje campero e hizo el paseíllo en Nimes (Francia), para dar la alternativa a la rejoneadora francesa María Sara.

Homenajeada en diversas ocasiones, el 3 de agosto de 1995 le fue impuesta la medalla al Mérito Cultural en la plaza de toros de Campo Pequenho de Lisboa y en 2005 recibió en Madrid (España) "La Escalera del Éxito", distinción otorgada por el Círculo Taurino Internacional.

Autora de su autobiografía: "Recuerdos" y del texto "Patio de cuadrillas", su figura ha sido tema central de conferencias relacionadas con la mujer y la tauromaquia.

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